Icono del sitio Pensando Relojes

La erótica del lumen: tiempo que brilla

Ya sé que no es magia, pero a veces me lo parece; mi reloj, brillando en la oscuridad.

Hay algo casi magnético en la forma en que los aficionados a los relojes nos vemos atraídos por el lumen, esa sustancia luminiscente que hace que las manecillas e índices de un reloj sean visibles en la oscuridad.

Podemos decir que el lumen ha trascendido su utilidad básica para convertirse en una declaración de estilo, una forma de expresar la personalidad de quien lo lleva y, en muchos casos, un tema de debate y comparación entre los entusiastas de los relojes. “Mi reloj brilla más que el tuyo” podría ser una afirmación trivial, pero esconde una profunda apreciación por un aspecto del diseño de relojes que es tanto funcional como estéticamente atractivo.

Me temo que el tema del lumen no tiene que ver solo con la visibilidad en la oscuridad, aunque eso sea esencial. Tiene que ver también con cómo se presenta, cómo se siente y cómo, en muchos casos, nos hace sentir ese brillo. Tiene que ver con la afirmación silenciosa de calidad y estilo que conlleva un buen lumen. Y sí, también tiene que ver con esa pequeña competencia amistosa sobre qué reloj puede mantenerse brillante por más tiempo o quién tiene el lumen más llamativo o único.

Este fascinante brillo nocturno se ha convertido en uno de los elementos más cruciales, y a menudo discutidos, en el diseño de relojes. Los fabricantes de relojes, tanto de marcas de lujo como más accesibles, han invertido tiempo y recursos para desarrollar y perfeccionar materiales luminiscentes que no solo cumplen con la función básica de legibilidad, sino que también añaden un toque distintivo a sus modelos. Desde el clásico Super-LumiNova hasta innovaciones más modernas y patentadas, el lumen se ha convertido en un campo de batalla amistoso donde se comparan intensidades, duraciones y estéticas.

Pero, ¿por qué el lumen tiene este atractivo casi erótico? Bueno, la erótica implica un deseo, una atracción que va más allá de lo superficial. En un nivel básico, el lumen satisface el deseo humano de control, la capacidad de ver el tiempo incluso cuando la luz natural nos falla. Pero en un nivel más profundo, el lumen toca esa parte de nosotros que anhela la belleza, la singularidad y, sí, también una forma de destacar en la oscuridad.

La capacidad de comparar lúmenes, de debatir sobre qué material luminiscente es superior, o cuál brilla con una estética más agradable, se ha arraigado en la cultura de la horología. Los foros en línea están llenos de discusiones, fotos comparativas y, a veces, debates acalorados sobre el lumen. Y es que, al final del día, todos tenemos nuestras preferencias, y el lumen se ha convertido en una de esas características que permiten a los aficionados expresar y defender sus gustos.

El lumen también habla de la evolución del diseño en la horología. Lo que una vez fue solo una solución práctica para la legibilidad en condiciones de poca luz, ahora es un campo donde la innovación y la estética se encuentran y a menudo chocan. Los diseñadores de relojes se esfuerzan por encontrar ese equilibrio perfecto entre un lumen que es funcional, duradero y estéticamente agradable. Y los aficionados, con sus opiniones y comparaciones, son una parte crucial de esta evolución continua.

La travesía del lumen a través de los tiempos en la relojería es fascinante. La historia del lumen se remonta a principios del siglo XX, específicamente a los años 1910, cuando el radium se utilizaba para añadir luminosidad a las esferas de los relojes. Sin embargo, el uso de este elemento tuvo un lado oscuro. En la década de 1920, el trágico evento conocido como la tragedia de las «Radium Girls» sacudió la industria. Las mujeres que pintaban las manecillas y los números de los relojes con pintura de radium comenzaron a enfermarse gravemente debido a la exposición a la radioactividad. Este incidente llevó a una disminución gradual del uso de esferas de radium, y en 1968, la Radiation Control for Health and Safety Act (Ley de Control de Radiación para la Salud y Seguridad) pasó a la legislatura, eliminando finalmente el radium de la circulación en los relojes a principios de los años 70.

Posterior al radium, se introdujo el prometio, una sustancia menos radioactiva, aunque su uso no perduró mucho tiempo. Más tarde, entró en la escena el tritio, una opción más segura que el radium y el prometio, y que se utilizó para agregar luminosidad a las esferas de los relojes. El tritio proporcionaba un resplandor de tono amarillento cremoso, y cuando estaba bajo un protector de esfera, su radioactividad era casi nula.

La revolución en el lumen vino de la mano de Kenzo Nemoto, un empresario japonés, que en los años 90 desarrolló una pintura fosforescente estable y no tóxica usando un compuesto llamado aluminato de estroncio. Este descubrimiento fue una verdadera innovación, ya que proporcionaba una luminiscencia duradera sin los riesgos asociados con materiales radioactivos. La fórmula base de Nemoto fue adoptada y popularizada por la marca suiza LumiNova AG, dando lugar al Super-LumiNova, que es aún hoy en día una de las luminescencias más utilizadas en la industria relojera. Este material puede brillar por al menos media hora y hasta siete horas antes de necesitar ser recargado, dependiendo de la cantidad de capas de pintura utilizadas. Además, el Super-LumiNova es conocido por ser duradero y no suele decolorarse o desvanecerse con el tiempo, a diferencia del tritio.

El Super-LumiNova estableció un nuevo estándar en la industria y abrió la puerta a otras formulaciones fotoluminiscentes, como el Chromalight de Rolex y el LumiBrite de Seiko. El Chromalight, con su distintivo brillo azul, puede durar hasta ocho horas, mientras que el LumiBrite es básicamente una versión japonesa del Super-Luminova.

A lo largo de los años, el lumen ha avanzado en términos de durabilidad, intensidad y seguridad, mientras que al mismo tiempo ha mantenido su encanto estético y funcional. Estos avances en la tecnología del lumen han permitido a los diseñadores de relojes explorar nuevas posibilidades, empujando los límites de la estética y la funcionalidad, y contribuyendo a la evolución constante de la relojería.

Los descubrimientos y avances en los materiales lumínicos han sido cruciales en la evolución de la relojería, permitiendo no solo una mayor funcionalidad, sino también una exploración más profunda de la estética y la interacción entre el reloj y su portador. Este viaje histórico del lumen refleja la innovación constante y la búsqueda incesante de la perfección que define a la industria relojera, un camino que continúa iluminándose con nuevas ideas y tecnologías.

Muy bien. Haya ahí la historia general, ahora vamos a explorar cómo distintas marcas, tanto de lujo como accesibles, han incorporado el lumen en sus diseños, categorizando los ejemplos según el tipo de material luminiscente empleado. Conste que voy a montar modelos que me llaman la atención o cuyo lumen me atrae especialmente… ¡por eso hay tantos ejemplos con Super-LumiNova!:

Super-LumiNova:

– Omega Seamaster 300: Uno de los modelos referentes que emplea Super-LumiNova, conocido por cargar rápidamente con luz natural o artificial y emitir un resplandor verdoso.

– Laco 1925: La marca utiliza Super-LumiNova en varios de sus modelos, manteniendo una visibilidad clara y duradera en la oscuridad.

– Hamilton Khaki Field: Hamilton también se decanta por el Super-LumiNova en su serie Khaki Field, garantizando una visibilidad clara en condiciones de baja luminosidad y aportando un diseño atractivo.

LumiBrite:
– Seiko Prospex: Seiko emplea LumiBrite en su serie Prospex, un material que se carga rápidamente con luz y proporciona una luminiscencia duradera, haciendo fácil leer la hora incluso en la oscuridad.

Tritio:
– Luminox Navy SEAL: Este modelo utiliza tubos de tritio para garantizar una visibilidad constante. El tritio, siendo un material radioactivo, brilla constantemente por sí mismo, aunque se considera seguro en las cantidades utilizadas en relojería.

Chromalight:
– Rolex Submariner: Rolex emplea una fórmula patentada llamada Chromalight en sus modelos icónicos como el Submariner, proporcionando un atractivo tono azul y una luminosidad prolongada en comparación con el Super-LumiNova convencional.

Luminor:
– Panerai Luminor Marina: Panerai, como lo sugiere el nombre de su modelo Luminor Marina, ha hecho del lumen su sello distintivo, utilizando un lumen especialmente formulado conocido por su brillo y durabilidad.

Bien, basta de listas. Sin importar qué modelo de reloj lleves, está claro que el lumen le añade un toque extra a toda la experiencia de tener y usar un reloj. Cuando el sol se pone y el lumen de tu reloj comienza a brillar, se siente bien. Hay una cierta satisfacción, apreciando la artesanía y la innovación que lo hizo posible. Y sí, hay un poquito de orgullo, especialmente si sabes que tu reloj tiene uno de los lúmenes más atractivos del mercado.

El lumen no es monótono; viene en diferentes colores, no solo el verde habitual. Cada brillo trae un matiz diferente, añadiendo una capa extra de personalidad al reloj. Los diseñadores de relojes usan el lumen por su utilidad práctica, claro, pero también por su habilidad para mejorar la apariencia del reloj.

El cariño por el lumen entre los aficionados a los relojes sigue fuerte. Es una manera genial de ver cómo una característica práctica también puede ser una forma de arte. La necesidad de ver la hora en la oscuridad se ha convertido en una experiencia estética que es encantadora.

La conexión entre los relojes y quienes los llevan se vuelve un poco más fuerte con el lumen. No se trata solo de practicidad; también añade un toque de admiración estética. En un mundo donde la precisión y la funcionalidad son clave, el lumen nos recuerda que también hay espacio para la belleza brillante en la relojería.

Explorar el mundo del lumen en la relojería nos desvela una faceta seductora que va más allá de lo pragmático. Si bien el lumen nos guía en la oscuridad, también enciende una chispa de atractivo, una danza de luz que juega con nuestras percepciones y despierta una admiración sensual hacia la maquinaria que descansa sobre nuestra piel. Al caer la noche, el suave resplandor del lumen no solo ilumina la hora, sino que también nos tienta con una promesa de misterio y encanto, convirtiendo el acto de revisar el tiempo en una experiencia casi íntima.

Salir de la versión móvil